Terapia Celular enfocada para el tratamiento de las patologías de la mujer

Terapia Celular enfocada para el tratamiento de las patologías de la mujer

Tabla de contenidos

Modificado de Sadeghi et al3 (A) Esquema general de la uretra y el tejido vaginal, y la ubicación de las hMSC marcadas con PKH y el tejido uretral adyacente a las hMSC a recuperar (B) hMSC marcadas con PKH (rojo) observado en una sección de tejido uretral criopreservado.  hMSC= célula madre mesenquimal humana. Sadeghi, Z. et al. (2020).

Al revisar la historia de la Mujer en la Medicina Colombiana1, resalta la evolución y el importante papel de la mujer en Colombia, y posiblemente muy parecido a lo que ha venido sucediendo en muchos de nuestros países de Latinoamérica.

“Durante la época prehispánica, además de cuidar a sus hijos y a su hombre, atendiendo su riesgosa maternidad, contribuyó a sostener la población de la tribu. En la conquista y la colonia casi se exterminaron los aborígenes y fueron reemplazados por la etnia mestiza. Entonces, las parteras escribieron parte de la historia y dominaron el panorama médico de la mujer por más de 300 años. En el siglo XIX, el más violento de la República, la medicina se desprestigia; proliferan comadronas, curanderas y yerbateras. Sin embargo, en las últimas décadas cambia la situación: se estructura la profesión de enfermería, se gradúa la primera mujer médica colombiana y es evidente el progreso en obstetricia y ginecología. En los siglos XX y XXI, la mujer logra todos sus derechos: conquista la universidad y la sociedad. En las áreas de salud es donde sobresale y a partir de la década de los setenta comienza a equiparase con el hombre en número de profesionales y técnicos, que hoy domina ampliamente”1.

También en este siglo XXI, se está produciendo un resurgimiento emocionante en la investigación de la salud de las mujeres. Diversos movimientos sociales y políticos están surgiendo en la búsqueda de generar sociedades más equitativas en el trato laboral y social entre los géneros, donde también se están impulsando que las instituciones nacionales de salud, requieran incluir en sus planes estratégicos cada vez más recursos para abordar los temas de salud de las mujeres, los cuales han sido poco estudiados hasta la fecha.

El campo de la ingeniería de tejidos está preparado y equipado para abordar las preocupaciones y disparidades de salud que afectan específicamente a las mujeres.

Como mencionamos en post anteriores, la ingeniería de tejidos se define tradicionalmente como el paradigma que incorpora un andamio biodegradable diseñado para apoyar y promover la proliferación, la diferenciación celular y el crecimiento de nuevos tejidos. Las señales bioactivas se incorporan a este sistema o constructo, con el objetivo de promover la reparación de ese tejido u órgano afectado debido a un defecto congénito, una enfermedad o una lesión.

Más recientemente con las técnicas avanzadas en genómica y mejores técnicas de imágenes diagnosticas nos permite comprender mejor la complejidad y funcionamiento de la señalización biológica y cuáles son esas señales necesarias para la reparación de los tejidos. Con el uso de modelos desarrollados con ingeniería de tejidos y bioimpresión 3D, podemos comprender de forma más asertiva, como ocurre el desarrollo y la reparación de los tejidos sanos y enfermos. Y representa una gran herramienta para investigar patologías que son propias de las mujeres.

Actualmente, muchos de los trabajos han centrado su atención en la fertilidad, reproducción, embarazo y la recuperación postparto, así como la salud posmenopáusica. En este sentido encontramos diversos modelos de ingeniería tisular que proporcionan una plataforma para examinar la comunicación bidireccional entre la madre y el feto a través de la placenta, entender los mecanismos subyacentes a enfermedades como la endometriosis y, la reparación y regeneración de los órganos reproductivos después de tratamientos contra el cáncer, todos ellos en gran medida, intratables en modelos  in vivo2. Estos esfuerzos están transformando nuestra comprensión del cuerpo femenino y su fisiología, y proporciona claves para el desarrollo de tratamientos efectivos para mejorar la calidad de vida de las mujeres.

En el caso del estudio de las hormonas sexuales, empleando modelos basados en ingeniería de tejidos, se ha aclarado el papel principal que estos esteroides tienen en la homeostasis y reparación de tejidos en casi todos los órganos y sistemas, y no solo en los órganos reproductivos. Por ejemplo, Barnett y col. describen las diferencias de sexo en la fuerza muscular y la recuperación funcional después de usar su técnica de reparación del ligamento cruzado anterior (LCA) reforzada con puente como alternativa a la reconstrucción del LCA. Específicamente, las mujeres en el ensayo clínico experimentaron una mejoría de los isquiotibiales y la fuerza del cuádricep a los 6 meses posteriores al tratamiento; y mejores resultados de la prueba de salto a los 6 y 12 meses, en comparación con los hombres. Por otra parte, Bharadwaj y col. investigaron la permeabilidad de la barrera hematoencefálica (BBB) utilizando un trazador de macromoléculas grandes y la entrega de nanopartículas en un modelo murino. Este estudio mostró un aumento de la permeabilidad de la BBB en ratones hembra en comparación con los grupos de machos. Este estudio ilustra las diferencias de sexo en el suministro terapéutico a través de la lesión cerebral postraumática (TBI por sus siglas en inglés)2.

Estos dos estudios reflejan la creciente necesidad de investigar las diferencias entre los sexos, en los procesos necesarios para la reparación de tejidos después de una lesión, ya que las respuestas masculinas y femeninas son diferentes y afectará la reparación funcional resultante.

En estudios ingeniosos como los de Gargus et al., se empleó elastografía de ultrasonido de onda cortante acompañada de ultrasonido modo- B, para caracterizar el conjunto de propiedades mecánicas de la matriz extracelular ovárica y con ello desarrollar un prototipo de un ovario artificial funcional, es decir, que mantenga la capacidad de sostener los ciclos menstruales2.

Quan y col. luego de estudiar por métodos histológicos los folículos ováricos para determinar la dinámica y el entorno del desarrollo de estos en función de la edad y el historial de tratamiento previo, así como, el número de folículos, las trayectorias de crecimiento y las distancias interfoliculares, brindaron amplia y detallada información que permite conocer como sembrar espacialmente los folículos en ovarios diseñados para mejorar la traducción y la eficacia del crecimiento folicular in vitro y la bioprótesis ovárica.

Fogg et al. utilizaron tejidos humanos de cáncer de ovario para entender el desarrollo de un modelo de epiplón diseñado por tejidos in vitro. Los autores determinaron que el factor de crecimiento transformante-b1 induce la deposición de colágeno de los fibroblastos residentes en el epiplón y este microambiente alterado afecta la respuesta de las células cancerosas a los factores de crecimiento en la ascitis2.

Estos trabajos nos permiten especular en un plazo de 5-10 años las mujeres podrán contar con ovarios de origen protésicos, que les permita atender problemas de fertilidad y sobretodo, extender el periodo de la producción de las hormonas sexuales por mucho mas allá de los 50 años, prolongando de forma fisiológica el mantenimiento y longevidad de las funcionalidad de todos estos tejidos que dependen de las hormonas sexuales, que no son órganos reproductivos, como el cerebro y tejido nervioso en general, la producción de colágeno de todos los tejidos conectivos, sistema cardiovascular y en especial, seguir controlando el sistema inmunológico, cuya importante desregulación conduce al desarrollo de enfermedades autoinmunes y osteoporosis. Patologías propias de la deficiencia de estrógenos en la mujer.

Otros trabajos establecieron modelos de diferentes tejidos reproductivos, para aplicaciones en lo que se conoce como reproducción asistida y reparación de tejidos posparto. En el estudio de Goncalves y col. encuentran mejores condiciones de cultivo in vitro del embrión para mejorar los resultados de las técnicas de reproducción asistida, utilizando células mesenquimales obtenidas de la menstruación (mbMSC) en cocultivo con embriones de ratón. En estas condiciones encuentran que al realizarse el desarrollo de las células embrionales en un sistema de co-cultivo, es decir, donde estaban presentes tanto el ovulo fecundado como las mbMSC, encuentran que un numero significativamente mayor de embriones progresaron a las etapas de blastocisto y eclosión, al compararlo con el control. En este mismo estudio se presume que ellos se debe al microambiente o matriz extracelular producido por mbMSC, lo cual promueve el desarrollo y la madurez embrionaria. Mientras que Li y col. generaron un epitelio que imita el sincitiotrofoblasto nativo cocultivando células madre pluripotenciales derivadas de células madre, células endoteliales y fibroblastos inducidos por humanos en andamios de níquel de dimensiones micrométricas. Este grupo obtuvo resultados comparables con el modelo de placenta exvivo al evaluar medicamentos. Validando el uso de este modelo, lo que permite abaratar costos y tiempo en este tipo de estudios2.

Otro estudio de interés clínico fue el realizado por el grupo de Sadeghi et al. Este grupo investigó la capacidad de las células madre mesenquimales derivadas de médula ósea humana (hBM-MSC) para promover la reparación de la incontinencia urinaria inducida por estrés posparto. En un modelo murino, los investigadores encontraron la expresión de genes diferentes en la uretra tratada con hMSC, en comparación con la uretra no tratada. Los resultados sugieren que la reparación de tejidos, angiogénesis, neurogénesis y supresión del estrés oxidativo era diferente entre ambos grupos, así como la expresión de genes de las hMSC recogidas de la uretra lesionada en el modelo SIUC, mostraron que estaban relacionados con la reparación del daño del ADN, la activación de la transcripción, la regulación de las células madre, supervivencia celular, apoptosis, autorrenovación, proliferación celular, migración y respuesta a lesiones, lo que sugiere que las hMSC pueden guiar la reparación del tejido de la uretra después de la incontinencia urinaria posparto2.

Por último, Jakubowska y sus colegas, logran un modelo de ingeniería de tejido prevascularizado de la mucosa vaginal, que se propone como un sistema potencial para la reconstrucción vaginal en pacientes con agenesia vaginal congénita, como el síndrome de Mayer-Rokitansky-Ku¨ster-Hauser y otras condiciones relacionadas. Este grupo basa su desarrollo en un sistema de autoensamblaje sin andamios, combinando fibroblastos vaginales humanos con células endoteliales de la vena del cordón umbilical humano para promover la síntesis de la ECM, mostrando que esta técnica híbrida, que combina un método de apilamiento y reposición de hojas y prevascularización del constructo, genera una red capilar madura que tiene el potencial de volverse funcional in vivo, ofreciendo un modelo optimizado de mucosa vaginal humana prevascularizada para una mayor investigación traslacional.

Todos estos desarrollos prometen brindar soluciones específicas en los abordajes terapéuticos de patologías propias de la mujer, un área en desarrollo de gran interés.

Si quieres saber más de este y otros temas de terapia celular e ingeniería de tejidos, y posiblemente impulsar estos desarrollos en tu institución, nos pueden contactar a info@ingecell.com

Fuentes:

1. Rojas, L. H. E. (2016). La mujer en la medicina colombiana. Medicina, 38(1), 73-81.

2. Robinson, J., Shikanov, A., & Harley, B. (2020). Special Issue on Tissue Engineering for Women’s Health https://www.liebertpub.com/doi/pdfplus/10.1089/ten.tea.2020.29017.jro

3. Sadeghi, Z. et al. (2020). Transcriptomic Analysis of Human Mesenchymal Stem Cell Therapy in Incontinent Rat Injured Urethra. Tissue Engineering Part A https://www.liebertpub.com/doi/pdfplus/10.1089/ten.tea.2020.0033

Dra. Karem Noris-Suarez

Fundadora y CEO de INGECELL. Doctorado de Investigación en Bioquímica, Universidad de Trieste-Italia (1996). Bioanalista, Universidad Central de Venezuela (UCV), Caracas-Venezuela (1991). Profesora Titular (jubilada) de la Universidad Simón Bolívar, Caracas – Venezuela. Fundadora del Laboratorio de Bioingeniería-USB. Responsable del diseño e implementación del programa de postgrado en la USB “Diseño y gestión de laboratorios de cultivo celular en medicina regenerativa”. Coordinadora responsable del curso online (a través de INGECELL): Introducción a la biología de las células madre, potencial terapéutico y bases técnicas para su obtención y aplicación clínica. Cuenta con más de 50 publicaciones especializadas en ingeniería de tejidos con desarrollos en tejido óseo, córnea, piel y sistema nervioso periférico, entre otros.

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